viernes, 29 de noviembre de 2013

UNA VUELTA POR ESCOCIA.


La llegada a Edinburgh al atardecer es espectacular.La maniobra de aproximación por la bahia resulta de lo mas bucólica y, bajo el casi eterno manto de nubes, se esconde un paisaje precioso, verde, muy verde, y salpicado de preciosas casitas típicamente británicas.


Una vez en el centro de la capital de Escocia, en pleno Royal Mile, muy cerca del castillo, podemos disfrutar de la Deacon Brodie´s Tavern, donde hacen gala de un surtido de maas de 20 cervezas de barril y 300 güisquis.


Decidimos que había que probarlas todas....


Y, poco a poco, lo fuimos consiguiendo.


La cocina británica, en general, no es famosa por su exquisitez. Si embargo, tienen al alcance de su mano ingredientes de magnífica calidad. Los mariscos y pescados del mar del norte, las carnes de vacuno de Aberdeen, conejos, venados...incluso algunas verduras.


El caso es que el plato típico de Escocia es el Haggis. Se trata de una suerte de embutido en el que se cocinan entrañas bien especiadas dentro de la vejiga de una oveja. Resulta sabroso y muy nutritivo. A mi me gustó en los tres sitios que lo comí. Pero, el mejor, en The Last Drop (Edinburgh).


Además, Edimburgo está repleto de restaurantes de cocina internacional, como el Fatma, restaurante libanés junto a los muelles de trato muy agradable y cocina de altísima calidad.


Después de unos días en la capital, decidimos recorrernos el resto del país.Un día caímos, después de visitar el norte muy norte, en la localidad de Wick. Famélicos como estábamos, nos fuimos al puerto pesquero y vimos el Wickers, al que entramos ávidos de pescado. Cuando ya habíamos hecho la comanda, resultó que no había cerveza! Sólo Soft drinks se servían en este local. Por lo que salimos huyendo hacia el sur...


...y fuímos a parar al The Bay Owl. Un local escondido junto a la carretera con apariencia de contenedor marítimo pero que escondía una gran barra llena de cervezas fantásticas y mas de 200 referencia de wisky escocés. Ademas de unos entrecotes de Angus realmente jugosos y acompañados de todo tipo de guarniciones.


En Mallaig, antes de coger el ferry que nos llevaría a la Isla de Skye, nos tomamos esta cerveza que parecía pis de gato, calentorra y asquerosa. No la pidáis.


Una vez en Skye, nos dimos un homenaje en este pequeño restaurante Creeler´s of Skye, donde la cocina francesa se une a los ingredientes del terreno para lograr un curioso resultado. Parece una choza pero es un restaurante contodas las de la ley.


No podía faltar nuestra obligada visita a una destilería.


Elegimos Dalwhinn´s que nos pillaba de camino a Fort William.


Y, una vez allí, el The Grog&Gruel nos ofreció una fantástica Hamburguesa de Venado y unas cuantas cervezas caseras, hechas allí mismo.


Lo malo de no reservar  hotel e ir a la aventura es que no encuentras ni un solo alojamiento disponible en toda Escocia. Lo bueno es que, buscando buscando, encuentras el paraiso. Glenuig Inn es, sin duda, el paraíso.



Acogedora posada en medio de la Escocia mas salvaje, junto a la Bahía de Glenuig, donde las estrellas brillan de tal manera que no puedes parar de mirarlas.


Y, dentro, todo un surtido de güisquis, ginebras y cervezas para ser feliz.


La cocina es baja en sal, pero con mucho curry. Steve se portó con nosotros y nos dió alojameneto, cena y desayuno por 25 Libras.


Aunque la cola era Pentimans....


En cualquier caso, vale la pena el viaje. No se come mal y los paisajes y la gente son maravillosos.







ESCOCIA
Lo que te quieras gastar
PUNTUACIÓN: 10/10





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